17
diciembre 2002

10 autores
            latinoamericanos:
"Cuando
  el verbo
tensó
 su cuerda"

 

por Sergio Pravaz


Datos en el
índice de autores

Carlos Drummond
de Andrade
Carlos Drummond de Andrade
Síntesis biográfica  

TRISTEZA EN EL CIELO

POESÍA

BÚSQUEDA DE LA POESÍA

10 autores
seleccionados
con tres poemas
de cada uno
y síntesis biográfica

 

eom
Volver a Aire

 

 

 

 

 

 

 

17
diciembre 2002

Rubén Darío
José Martí
César Vallejo
Oliverio Girondo
Carlos Drummond de Andrade
Manuel Bandeira
Pablo Neruda
Salomón de la Selva
Nicanor Parra
Juan Laurentino Ortíz

eom
Volver a Aire

10 autores latinoamericanos:
"Cuando el verbo tensó su cuerda"

Carlos Drummond de Andrade

Vanguardista y popular

Carlos Drummond de Andrade nació en Itabira, Minas Gerais (Brasil) en 1902. A los 23 años edita junto a otros escritores La Revista cuyo objeto era dar difusión a las expresiones del "modernismo brasileño", movimiento que tiene su inicio durante la Semana de Arte Moderno realizada en San Pablo durante 1922. A pesar de ser homónimos, este fecundo y renovador movimiento estético-cultural significa lo contrario que en los países de habla española. Según Manuel Bandeira "nada tiene que ver con lo que en el mundo de idioma castellano se designa con el mismo nombre". El modernismo brasileño se caracterizó por rescatar el acervo cultural del Brasil, y en el caso de la poesía, por la incorporación del lenguaje coloquial, no retórico, que rompió con la tradición de los poetas del siglo XIX y comienzos del XX.

En 1925 De Andrade ingresó en la Facultad de Farmacia, se graduó aunque nunca llegó a ejercer su profesión. Fundó A Revista, que fue uno de los principales órganos de difusión del modernismo local. En 1930 publica su primer libro Alguna poesía. En 1934 se traladó definitivamente a Río de Janeiro, ocupando el cargo de jefe de gabinete del nuevo ministro de Educación y Salud Pública. En ese mismo año ve la luz su segunda obra Brejo das Almas y en 1940 Sentimiento do Mundo.

Al finalizar la segunda guerra mundial y caer el gobierno de Getulio Vargas, ocupó por un corto período la dirección del diario "Tribuna Popular". Regresó al ministerio de Educación desempeñándose en la Dirección de Patrimonio Histórico y Artístico. En forma paralela una intensa actividad periodística a la vez que una riquísima labor poética. Ejerció en su país primero y luego en el mundo la representación de los altos valores del modernismo de Brasil (nacionalismo no dogmático, empatía con el pueblo, creatividad no académica y libertad total a la palabra). En su momento no tembló su conciencia al renunciar a un importantísimo premio nacional, el que iba acompañado de una gran cantidad de dinero, ya que éste era otorgado por el entonces gobierno militar de su país. Desde sus primeros libros la poesía de Drummond se destacó del resto; es un obsequio verbal de la más alta calidad; es auténtica, legítima y grande. Siempre mantuvo una estrecha relación con la gente ejerciendo el poema y su prosa de prensa. Este enorme autor brasilero (tiene 28 libros de poesía editados), es considerado por la crítica como uno de los mayores poetas de su país. Murió el 17 de agosto de 1987.

Otra bibliografía: Poesía até agora (1948); A mesa y Claro enigma (ambos en 1951); Viola de bolso (1952 - reeditada en 1955); Fazendeiro do ar (1953); 50 poemas escogidos por el autor (1956); "Discursos de Primavera" (1977); Amar se aprende amando (1985); Tempo vida poesía (1986).

 

© Sergio Pravaz   

inicio

volver a Aire

 

17
diciembre 2002

Carlos Drummond
de Andrade

 

eom
Volver a Aire

10 autores latinoamericanos:
"Cuando el verbo tensó su cuerda"

Por Sergio Pravaz


TRISTEZA EN EL CIELO

En el cielo también hay una hora melancólica.
Hora difícil, en que la duda también penetra
         las almas.
¿Por qué hice el mundo? Dios se pregunta
y se responde: No sé.

Los ángeles lo miran con reprobación,
y caen plumas.

Todas las hipótesis: la gracia, la eternidad,
         el amor
caen, son plumas.

Otra pluma, el cielo se deshace.
Tan manso, ningún fragor denuncia
el momento entre todo y nada,
o sea, la tristeza de Dios.

 

 

POESÍA

Gasté una hora pensando un verso
que la pluma no quiere escribir.
No obstante, él está aquí dentro
inquieto, vivo.
El está aquí dentro
y no quiere salir.
Pero la poesía de este momento
inunda mi vida entera.

 

 

BÚSQUEDA DE LA POESÍA

No hagas versos sobre acontecimientos.
No hay creación ni muerte frente a la poesía.
Ante ella la vida es un sol extático,
no calienta ni ilumina.
Las afinidades, los aniversarios, los incidentes personales
no cuentan.
No hagas poesía con el cuerpo,
ese excelente, complemento y confortable cuerpo,
tan indefenso a la efusión lírica.
Tu gota de bilis, tu careta de gozo o de dolor en la oscuridad
son indiferentes.
Ni me reveles tus sentimientos,
que prevalecen sobre el equívoco e intentan el largo viaje.
Lo que piensas y sientes, eso todavía no es poesía.

No cantes a tu ciudad, déjala en paz.
El canto no es el movimiento de las máquinas
ni el secreto de las casas.
No es música oída al pasar; rumor del mar en las calles
junto a la línea de espuma.
El canto no es la naturaleza ni los hombres en sociedad.
Para él, lluvia y noche, fatiga y esperanza nada significan.

La poesía (no saques poesía de las cosas)
elude sujeto y objeto.

No dramatices, no invoques.
No indagues. No pierdas tiempo en mentir.
No te aborrezcas.
Tu yate de marfil, tu zapato de diamante,
vuestras mazurcas y abusos, vuestros esqueletos de familia
desaparecen en la curva del tiempo, son algo inservible.

No recompongas
tu sepultada y melancólica infancia.
No osciles entre el espejo y la memoria en disipación.
Si se disipó no era poesía.
Si se quebró, cristal no era..

Penetra sordamente en el reino de las palabras.
Allí están los poemas que esperan ser escritos.
Están paralizados, pero no hay desesperación,
hay calma y frescura en la superficie intacta.
Están allí solos y mudos, en estado de diccionario.
Convive con tus poemas antes de escribirlos.
Ten paciencia si son oscuros. Calma, si te provocan.
Espera que cada uno se realice y consume
con su poder de palabra
y su poder de silencio.
No fuerces al poema a desprenderse del limbo.
No recogas del suelo el poema que se perdió.
No adules al poema. Acéptalo
como él aceptará su forma definitiva y concentrada
en el espacio.
Acércate y contempla las palabras.
Cada una
tiene mil rostros secretos bajo el rostro neutro
y te pregunta, sin interés por la respuesta,
pobre o terrible, que le dieras:
¿Trajiste la llave?

Fíjate:
huérfanas de melodía y de concepto,
ellas se refugiaron en la noche, las palabras.
Todavía húmedas e impregnadas de sueño,
ruedan en un río difícil y se transforman en desprecio.

 

Carlos Drummond de Andrade

inicio

volver a Aire