PENOSO es, cuando cae la tarde, mirarse en los espejos.
Los pájaros golpean con penumbrosas alas.
Arden en sacrificio corrosivo los azogues,
apareciendo el muerto, sin identidad, sin perspectiva,
al fondo del cristal.
Y no hay quien mueva
ni un párpado. Azul rostro de hierro.
Forzado
el rey, dentro del manto, desiste, inerme.
Se reflejan
con odio retirado las sillas. Toda la habitación
se vuelve de espaldas.
¿Qué trazo
quieren violar? ¿Nos envejecen
en el crepúsculo de sus avenidas
más hondas, cuando el dedo en la sien
da que pensar?
Dorian Grey, en este
esplendor moriré. En el entrecejo
de la luz que se frunce de repente
caeré instantáneo, ave sin memoria,
como si me cazasen en su soplo
de eternidad desierta.
QUITO, hoja a hoja, la densidad del mundo.
Busco su música indescifrable;
su calavera virgen. Hasta llegar
al ser que al borde del abismo
mira abajo, dependiendo de arriba,
en pánico terror.
Las cosas son así.
Un brillo sobre la cabeza.
La siniestra simplicidad
de lo que en su último grafismo
nos dará la muerte.
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PENOSO é, quando cai a tarde, olharmo-nos nos espelhos.
Os pássaros batem com penúmbrias asas.
Ardem em sacrifício corrosivo os açougues,
aparecendo o morto, sem identidade, sem perspectiva,
ao fundo do vidro.
E não há quem mova
nem uma pálpebra. Azul rosto de ferro.
Forçado
o rei, dentro do manto, desiste, inerme.
Reflectem-se
com ódio retirado as cadeiras. Todo o quarto
se vira de costas.
Que traço
querem violar? Envelhecem-nos
no crepúsculo das suas avenidas
mais fundas, quando o dedo na têmpora
dá que pensar?
Dorian Grey, neste
esplendor morrerei. No sobrecenho
da luz que se franze de repente
cairei instantâneo, ave sem memória,
como se me caçassem no seu sopro
de eternidade deserta.
TIRO, folha a folha, a densidade do mundo.
Procuro a sua música indecifrável;
a sua caveira virgem. Até chegar
ao ser que à beira do abismo
olha para baixo, a depender de cima,
em pânico terror.
As coisas são assim.
Um brilho sobre a cabeça.
A sinistra simplicidade
do que no seu último grafismo
nos dará a morte.