Ornette
Coleman
Mario
Rodríguez
Los años sesenta trajeron consigo cambios de indudable trascendencia en materia de Arte, algunos anunciados en la década del cincuenta. En Brasil aparecía la Bossa Nova, en argentina Astor Piazzola exponía su Nuevo Tango, Waldo De Los Ríos mostraba un enfoque diferente y vanguardista de nuestro folklore, los Beatles con sus letras ingenuas y melodías de reconocida belleza se ganaban espacio en las discotecas, en los bailes estudiantiles, pero también a imagen de ellos se originaban cambios en las modas y en las costumbres, en esto fue determinante el talento de Lennon y McCartney, los diseñadores de vestuario con peluquero incluido, y la puesta en marcha de la gigantesca maquinaria publicitaria de los medios de difusión del rock, el pop y de toda la música funcional al servicio de los gobiernos dictatoriales del tercer mundo, la misma maquinaria que hoy con la complicidad de una infinidad de medios nos impone la música más aberrante, condenando a la mas absoluta oscuridad a los verdaderos cultores populares y a los pueblos a la ignorancia.
En los Estados Unidos por la misma época surgía el Free Jazz con Ornette Coleman como líder. Es importante recordar las distintas tendencias jazzísticas en la década del 50; Charles Mingus y su música abstracta, el jazz modal de Miles Davis y el disco "Intuition" de Lennie Tristano de 1949, ponían este género musical en la antesala del Free Jazz. Podríamos decir que Coleman fue el tercer revolucionario en la historia del jazz, el primero fue Louis Armstrong y Charlie Parker el segundo, y si habláramos de música en términos generarles deberíamos incluir como revolucionarios a Arnold Schómberg, Anton Webern y Alban Berg responsables de la música atonal "abstracta" e intelectual europea a principio del siglo XX.
Si nos atenemos a la definición de revolución: "Cambio total y radical, transformación completa" estamos en condiciones de afirmar que Ornette Coleman fue un revolucionario de verdad. ¿Porqué decimos esto? Porque rompió con el orden armónico; porque puso en escena una nueva concepción rítmica, disolviendo el metro, el beat y la simetría; porque realzó el momento de intensidad en forma totalmente desconocida en los estilos anteriores del jazz y en cualquier otra música; porque extendió el sonido musical al campo del ruido; y porque irrumpió con las "músicas del mundo", el jazz ahora confrontaba con todas las grandes culturas musicales de la India, del África, del Japón, de Arabia, entre otras.
La música de Coleman era una música libertaria que al emanciparse del orden armónico europeo, ponía también distancia en lo racial, social, cultural y político del viejo continente. Este Free Jazz no rompía con la tradición jazzística, era parte de ella. Bueno es recordar que; los shout, los field hollers, el blue arcaico de las plantaciones de los estados del sur, como las formas previas del jazz de fines del siglo XIX eran atonales —debido a que los cantantes negros desconocían la tonalidad europea—. La palabra "Free Jazz" recién apareció en 1960 como título del disco grabado por Ornette Coleman al frente de un doble cuarteto, donde el único mandamiento era la idea de una total improvisación. En el canal izquierdo se puede escuchar al cuarteto integrado por: Ornette Coleman, saxo alto; Don Cherry, trompeta; Scott Lafaro, contrabajo; y Billy Higgins, batería. En el derecho al formado por: Eric Dolphy, clarinete bajo; Freddie Hubbard, trompeta; Charlie Haden, contrabajo; y Ed Blackwell, batería. Este título dio el nombre al estilo jazzísticos que dominó la década del 60.
A lo largo de más de cuarenta años Coleman ha desarrollado y
fomentado una concepción armónica sorprendente; tímido, amable, reservado,
esa especie de escándalo permanente que suscita su música no tiene nada que
ver con él, aunque es su declaración mas vehemente pero involuntaria de
libertad.
Hasta la próxima...
