DESCRIPCIÓN DE UNA LÁGRIMA
No
ya la criatura deseada,
la adoración ritual e innecesaria,
la hoguera que no prende
sin pronunciar la frase
que, perenne, sobrevive en nosotros:
"No habrá dolor jamás donde no hay nada".
No
engaña el corazón, su trazo oscuro
nace de nuestro amor, de nuestro miedo.
Amor que sobrevive siempre, siempre,
amor que no se entrega pero es ciego.
Tan ciego de sí mismo como ausente,
tan entregado luego como frágil,
tan frágil como el llanto contenido,
el llanto que al no ser nos mortifica
si intentamos, osados, describir una lágrima.
©
Antonio
Redondo Andújar
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