El hombre de las flores está triste
Cimentado en las nueve nubes negras
Que son sus viajes a unas tierras rojas
Porque el sable ha soñado con su muerte
Ahora que su imagen está lejana
Y débil el reflejo de sus ojos
Ahogados en los meteoritos ciegos
Otrora quién sabe Luceros de Ana
Cuando la rosa era amada en las manos
Bañada a ardiente sol de medio día
Como veleros blancos por los ríos
Navegando en el viaje sin retorno
Hacia el destino ciego todavía
Donde el soneto es viejo y el amor tierno
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