ANIQUIRONA:
MUJER Y PALABRA ETERNA
Guiomar
Cuesta Escobar
Poeta
Nos
asomamos ahora a Aniquirona, el libro de poemas
del joven Winston Morales Chavarro, en la bella edición
de Trilce Editores. Desde el título, nuestro poeta
nos lleva por una constante pregunta, develando un sendero
misterioso y sorprendente: universo poético tejido
y sustentado, a través de todos los poemas, como si
se tratara de uno solo, hecho a la amada inmortal, la única,
la extranjera, la Penélope de sus sueños: la
Poesía. El lenguaje claro y diáfano que utiliza
Winston Morales, nos asoma al mito, lo anuda y desanuda, lo
recrea, lo reta y enaltece a lo largo y ancho de esta obra.
La
creación de un mito es tan antigua como el hombre mismo,
está estrechamente ligada con la magia: metamorfosis
y transformación constante del texto, cada lectura
es distinta, cada recreación nos sugiere otros significados,
es la lúcida y penetrante búsqueda del lenguaje
imposible y siempre al alcance de la mano y el pensamiento.
La
lucha de este poeta por sobrevivir en nuestra Colombia violenta
y dura desde hace tantas décadas, inventa una Isla-palabra,
país-amante: ANIQUIRONA, que le permite ser
inmune a la muerte. Durkheim y sus discípulos establecieron
que el mito busca sus modelos no en la naturaleza, sino en
la sociedad misma. El mito es la proyección de algún
aspecto de nuestra vida, es país: SCHUAIMA:
"El reino del gran más allá", como
lo describe el poeta, lugar ideal, orilla redentora que le
permite la eternidad. En el poema XVI Winston nos dice:
Justo
en este espacio
He vuelto a dar contigo
La brisa y la lluvia de los tallos
Te han traído hasta mis días
El miedo al miedo ya no existe
Como tampoco existe
El miedo a Schuaima...
A
ti
Mujer de reinos luminosos
Te debo el conocer
La infinidad de orillas que posee la muerte
La orilla amarilla de la muerte
Esa muerte que me seduce y apasiona.
Los
griegos, maestros de la mitología, hicieron uso de
ella, para poder soportar la dureza y crueldad de la naturaleza
en aquellos tiempos, primeros siglos de su deslumbrante historia.
Winston
Morales Chavarro, comienza su trabajo poético, en un
país iluminado de palabras SCHUAIMA, del que
guarda un mapa transparente en su bolsillo. Cito otra parte
de este mismo texto:
...tierra
de los sueños y las luces
de los ecos y las voces
la tierra que es tuya y es de nadie
que es tuya y es de todos
no me pertenece.
Extraña
contradicción, posee sus coordenadas, el mapa por el
cual camina, entra y sale de él a su gusto, pero no
le pertenece, es comarca de todos y de ninguno.
Cuando el poeta llega a este paraíso nos dice:
Estoy
en Schuaima
He llegado con la brisa
Sólo su silencio musical me satisface
Aniquirona
Hablemos de poesía!
Este
lugar maravilloso, Schuaima, mítico totalmente, donde
se encuentra con Aniquirona para entablar el diálogo
con su único y más anhelado tema: La Poesía.
El epígrafe de Dostoievski, que abre el libro: "Creo
en la vida eterna en este mundo/ hay momentos en que el tiempo
se detiene de repente para dar lugar a la eternidad".
Este universo eterno, sin limites, en el que no existe ni
la bala ni la muerte, en el cual se muere de otra forma solamente
cuando la soledad y el dolor desgarrado del poeta lo aniquila.
Al final del III Poema, Winston Morales cifra:
Silencio, silencio!
Voy prendido al viento
Floto
Y me doy cuenta
Que la muerte es música
Y a la muerte hay que escucharla
Con los oídos despiertos.
Esta
muerte que ama el poeta, a la que se abraza para escuchar
su canto y entregarnos su lenguaje, misterio insondable, asombro
de recursos y sugerencias. No busca deslumbrar ni recurre
a los juegos poéticos, ni a la estridencia ni al artificio.
En la sencillez del lenguaje cotidiano, desnudo y simple,
aparece la magia extraída de ese contacto con la otra
orilla de la muerte o de la vida.
En
el poema I del libro es bien evidente cuando nos dice:
Y
estoy buscando las voces del camino
Para traducirlas
Seguro llevarán tu nombre
He aprendido a interpretar la voz del viento
Esa misma que arrulla las hojas entreabiertas de tu árbol.
El
paisaje de hojas, ríos y árboles, limpio como
su tierra o su región nativa ,es el telón de
fondo de SCHUAIMA, campo sagrado para la eternidad
de la palabra.
Palabra mágica ANIQUIRONA, con la cual Winston
Morales Chavarro, se defiende de la ira de los dioses y de
la violencia del mundo que le ha tocado vivir. Es su blasón
contra la adversidad y la congoja, rito a través del
cual exorciza la obscuridad y los demonios. Como bien dice
Ernst Cassirer, desde los egipcios la concepción mágica
y mítica del universo, debe interpretarse como una
negación constante y obstinada del fenómeno
de la muerte. Es según, James Breasted, la rebelión
de la humanidad contra la gran obscuridad y el silencio del
que nadie vuelve.
ANIQUIRONA,
es según nuestro poeta, la mujer eterna, la que desea
seducir con sus palabras, pero también es la poesía
que lo eterniza para la historia. Por ella, mujer de carne
y hueso, a la que le hace el amor cuando le dice:
Con
la misma intensidad
Con la que se honran las alturas
Honraré tu sabio cuerpo Aniquirona
Como se honra un muelle,
Una collera
Un océano nocturno
En los plácidos ámbitos del tiempo.
Esta mujer, su amante, es un escudo contra la muerte, ella
le entrega sus conocimientos más hondos y sagrados.
Guiomar Cuesta Escobar
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