P O R T A D A    


Juan Diego Incardona

Reflexiones sobre Acerca de Roderer (1993)
de Guillermo Martínez.

Guillermo Martínez    
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  28 tierra - prosa    

Acerca del conocimiento,
la humanidad, Dios
y el Diablo

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El cerebro, cubierto por una envoltura,
sirve de envoltura a otro cerebro superior a él

Sefer-ha-Zohar

ACERCA DE RODERER es una historia contada en la penumbra y acerca de la penumbra, es el relato de una batalla ancestral, librada entre los hombres y la divinidad. Roderer, nuevo Gilgamesh, rechaza el orden establecido y el poder que ostentan quienes guardan el universo y emprende, como aquel viejo héroe, un arduo viaje por caminos prohibidos, más allá de horizontes y de mortales preocupaciones. El logos, que resguardan juntos el Diablo y Dios, es la inmortalidad por la que lucha y a todo renuncia, Roderer, sucesor de aquel mítico rey de Uruk.

El logos es un ente u objeto preciado e inaccesible, o quizás una combinación impenetrable, un jeroglífico, o quizás sea una suposición, o, tal vez, el nombre de alguien, o el centro del Universo, el cerebro sin envolturas. En fin, es, entre muchas posibilidades, una especie de nuevo vellocino de oro que Roderer, el rebelde, exige para la humanidad (¿O para él mismo?)

La magnífica novela de Guillermo Martínez, reproducción a escala de otra novela que muchos intuimos pero que no podemos nombrar pues desconocemos su nombre, comienza:

Roderer, el revolucionario, ha penetrado en el inquietante ambiente, enredado por la seca detonación de los cubiletes y por las voces que se alzan para pedir ginebra, porque anda buscando con quién jugar.

Y nuestro narrador, experto jugador, ve a Roderer; se sienta junto a él en la ancestral mesa cuadriculada, y confiado lo enfrenta como a un principiante. Pero Roderer, el visionario, vislumbra las jugadas mucho antes de que éstas puedan llevarse a cabo. Porque Gustavo Roderer parece anticiparse al efecto dominó que las acciones desencadenan. Roderer, omnipotente ante su contrincante, elevado sobre la retícula donde los soldados y los reyes combaten incansablemente, comienza a ser Dios. ¿O el Diablo? No lo sabemos. Pero Roderer está ensayando, está viajando, está alcanzando.

Acerca de Roderer, escritura hermenéutica de un autor sospechoso.

—¿Quién es el osado escritor de esta herejía?

—Guillermo Martínez, un matemático.

—Quizás.

Acerca de Roderer es una historia acerca de Dios y el Diablo. Es la lucha eterna en la noche eterna por el poder eterno del conocimiento que el universo, debajo de numerosas envolturas, alberga. Y no hay ciencia, no hay arte, no hay disciplina, no hay técnica ni inteligencia convencional capaz de tomar por asalto ese Olimpo. La peculiar inteligencia de Roderer, en cambio, diferente a la entrenada capacidad de asimilación, bastante común entre los hombres, es la inteligencia que nada encuentra "natural". La inteligencia de Roderer es la inteligencia que rechaza. Pero los peligros son inminentes y hasta inmanentes: la locura y el suicidio.

Roderer está viajando y descendiendo en el abismo, o ascendiendo, triunfante, a las alturas. No lo sabemos.

Pero antes de que "la obra" esté consumada, Roderer, el genio, debe ir a la escuela como quien debe asistir obligado a las páginas de un libro para que la lectura pueda llevarse a cabo. Y nosotros lo leemos fascinados, pero dentro de nuestras posibilidades, porque Roderer, escaso de tiempo, escapa a toda presentación en sociedad y se retrae, se vuelve inabordable, como un Dios o un Diablo pero no como un hombre. Y los lectores nos fascinamos más. Y Roderer se esconde entre las palabras, en los claroscuros de la hoja, tierra blanca salpicada de oscuras oraciones, y parece que no le interesamos. Los lectores, en cambio, nos interesamos cada vez más en él, le clavamos los ojos, queremos hundir los dedos en las páginas y capturarlo, pero Roderer, el fugitivo, huye vaya a saber por qué misteriosos túneles, porque el libro, como el mundo, es sólo un ejemplo. Él no puede permanecer mucho tiempo en estos reinos de lo accidental. Así pues, Roderer, el reflejo del otro Roderer, apenas pasea su nombre por una escasa cantidad de páginas porque no tiene tiempo, está buscando el logos. Por lo tanto, Roderer, el escapista, desaparece. Y tal vez ya se ha convertido en Dios o el Diablo, y nosotros, ingenuos lectores, sin darnos cuenta nos hemos transformado en enunciados de una hoja leída por quien alguna vez pensamos haber visto.

...Y Roderer se va, se escurre, y los lectores, progresivamente seducidos, tentados, por su maravillosa y siempre hermética personalidad, lo buscamos como a un objeto o ente preciado, lo buscamos como si él mismo fuera el logos. Y entonces nosotros somos Roderer. Pero no. Pues caprichosos seguimos buscándolo en las palabras y no en la hoja en blanco.

Cubierta del libro Acerca de Roderer (1993) de Guillermo Martínez


Guillermo Martínez
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