El descendimiento es también un
camino hacia lo absoluto.
WILLIAM BLAKE
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Al
distinguirnos de una ideología dominante
y continuando la senda trazada por los proyectos políticos
e intelectuales del pensamiento crítico en América
Latina, el mismo que discute las teorías eurocéntricas
y plantea la cultura como un espacio contrahegemónico,
debemos ubicarnos en la posibilidad de una epistemología
emergente: La geocultura de los hombres nacionales. Una vez
reteorizados en lo heterogéneo la búsqueda debe
orientarse hacia la construcción de un "Ser Nacional".
Y cuando hablo de "Ser Nacional" no me estoy refiriendo
a un ser transparente, puro o translucido, resurgido del barro
primigenio, sino al hombre que emerja de diferentes humus
y capas de tierra.
Sólo
reconociendo la diferencia tanto de símbolos
como de imaginarios es posible establecer un equilibrio
cultural en el país. En este punto, se debe partir
del principio de reconocernos como un todo y asumir, en busca
de pensarnos en superposiciones, ese mapa multi y pluricultural
del que formamos parte, pues no se puede negar la existencia
de matices diferenciadores entre regiones tan cercanas como
la costa pacífica, la región andina o la sabana
de Bogotá.
Pero
además de reconocer la pluriculturalidad del país,
debemos defender desde la actitud crítica estas posiciones.
Es necesario que investigadores, intelectuales, comunicadores
tracen un lugar de enunciación para Colombia, un lugar
que reintegre los todos genuinos, conscientes de que este
todo nada tiene que ver con lo absoluto o con otra clase de
hegemonía, sino con una mirada en donde se hallan presentes
otras amalgamas, otras capas, otros ojos, otros perfiles,
identificados, sin embargo, en la consolidación de
valores y sistemas sociales.
La
actitud crítica tiene que fortalecerse a través
de los medios: La que no pasa por ellos pareciera no existir.
Las barriadas populares, los asentamientos, la comunidad marginal,
las comunas de las diferentes ciudades deben asumir ese compromiso
de interacción con los tejidos comunicativos en
todas sus posibilidades y con la experiencia, con la
dinámica viva. No se puede pretender una observación
objetiva desde la distancia. El "poder de la palabra"
establece unos imaginarios y unas atmósferas de pensamiento
que comienzan a generar nuevos códigos de entendimiento
y confrontación. Por ende, la resistencia contra un
pensamiento dominante, direccionado por los medios de comunicación
hegemónicos y comerciales, debe ayudarnos a derrumbar
viejos paradigmas como aquellos que rezan o establecen un
bloque absoluto, una masa uniforme, un todo armónico
y estático. Es esta resistencia y su accionar social,
individual y colectivo la que debe erigir una dignidad sin
diferencias léxicas o ideológicas, sin querer
afirmar con esto que debamos pensarnos como individuos homogéneos
y reflexionar el mundo desde la misma mirada o identificarnos
como seres locales y nacionales por entonar el mismo himno
o izar la misma bandera.
Las
dinámicas sociales exigen unas exégesis nuevas.
Por tal motivo, los medios de comunicación comunitarios,
los cuales emergen como tablas de salvación para el
país, deben seguir recogiendo las experiencias, las
dinámicas, los imaginarios, los tejidos de comunicación
individual y colectivos de los espacios y sujetos marginales,
pues es allí donde está la posibilidad de catarsis
y de reteorización.
Lo
hasta aquí expuesto no quiere decir que lo marginal
sea lo marginado, lo relegado, lo olvidado. Debe entenderse
más bien como aquello que no forma parte de las esferas
del poder o la política, pues entiendo que también
posee un alto grado de persuasión, de diálogo,
de seducción. Las negritudes, los ediles comunitarios,
los jóvenes raperos o rockeros, las amas de casa, los
lideres comunales, las etnias, los intelectuales que trabajan
con la comunidad y fuera de ella, los académicos deben
instituir un maridaje entre el pensamiento y la realidad,
entre la práctica y la experiencia, entre lo simbólico
y lo material. Desde este eje programático, desde esta
esfera de materialización conceptual puede elaborarse
el discurso de las minorías, el mismo que tenderá
a convertirse en el de las mayorías, en el discurso
colectivo y episódico, entendiéndose lo episódico
como un capítulo definitivo en la urdimbre cultural
del hombre y la mujer colombiano.
La
construcción de nuevos canales de diálogo permitiría
la reubicación simbólica y empírica de
"Centro y Periferia". Pienso que la comunicación
comunitaria, el periodismo cívico, la comunicación
alternativa no sólo ayudarían para la reconstrucción
de esos símbolos nuestros desde lugares de enunciación
renovados, sino en la consecución de ese ciudadano
genuino que, por fin, permita la otra mirada, la novísima
percepción de una localidad abrumada por absolutización
del poder y la estandarización impartida por los medios
de información comercial.
Por
otra parte, esos canales de comunicación popular o
alternativa deben permitir la transdisciplinariedad y la entrada
en escena de prácticas sociales hasta ahora relegadas
por los medios de comunicación comercial. Allí
deben interactuar el desplazado, el reinsertado, el narrador,
el poeta, el investigador social, el edil, el ama de casa,
la madre cabeza de familia, pero además las categorías
no canonizadas por occidente: la narración oral, la
homeopatía, los saberes populares, las cuales todas
en conjunto crearán el discurso audible y digerible
para la boca social de la realidad y del contexto cotidiano.
En
esa confrontación de significados cotejo si se
quiere, no claudicación ni supresión se
edifican nuevos actores sociales, conscientes de su responsabilidad
como ciudadanos locales, conocedores de sus poderes y de su
campo de representación, con vocación política
la política como necesidad de cambio interior
y exterior, con nuevas articulaciones, renovados en
sus formas de pensar y mirar el poder, conscientes del mundo
que se mueve alrededor.
Lo
"marginal" izará una nueva bandera que debe
proclamarse como un campo de batalla, no la batalla del asesinato,
ni la supresión de lo antagónico, ni el radicalismo
de lo "diferente", sino esa lucha de sentidos y
significados que abarque a lo "subalterno" y que
comience a pensarse a través de nuevos canales de colocación
social. La invención de periódicos cívicos,
murales, comunitarios y alternativos, la creación de
radios comunitarias, libres o de interés público,
la consolidación de canales audiovisuales de carácter
urbano y rural deben ayudar en ese nuevo paradigma por construirse,
el paradigma de la identidades sociales y nacionales.
La
comprensión y asimilación de los imaginarios
sociales sólo es posible a través del lenguaje.
Los tejidos comunicativos deben constituirse en vasos comunicantes
colectivos, pues sólo es posible la elaboración
de un nuevo discurso en relación con otros discursos,
sin omitir la necesidad de confrontarse con la actualidad
y con los cientos de "realidades" que circulan por
un espacio cultural dinámico y voluble.
¿Qué
camino seguir?
Estoy enteramente convencido de que los medios de comunicación
tienen que llegar a todos y particularmente a los más
oprimidos. Y cuando afirmo eso de los medios para la gente
no lo hago desde la perspectiva de darle "Pan y circo"
al pueblo, sino desde el ángulo de entregarle herramientas
de comunicación a las comunidades. No basta con rediseñar
programaciones televisivas o radiales, no basta tener defensores
del lector o del televidente, no sirve diseñar un 30%
de televisión educativa; lo importante es que ellos
mismos realicen y diseñen sus agendas de trabajo, sus
crónicas, sus reportajes géneros olvidados
por los medios comerciales, sus entrevistas a personajes
"marginales" y de "bajo perfil", agendas
que conducirían, sin lugar a dudas, a redescubrir su
propio territorio, sus propias falencias y posibilidades,
su entorno individual y grupal.
Cuando
han tomado tanta fuerza los "reallity Shows", la
televisión por cable, la radio satelital, el Internet,
es muy difícil que los miembros de una comunidad alcancen
una apreciación clara de lo local, regional o nacional.
Las programaciones globalizadas generan una ruptura cada vez
mayor entre el individuo y su entorno inmediato. El individuo
comienza a localizarse en un supraespacio lo virtual
que no corresponde a la realidad habitada, por lo menos desde
el plano físicosimbólico, y se sitúa
en un estado imaginado e impuesto por la expansiva forma de
"universalismo".
Aquí
cobran relevancia los sujetos y más aún aquellos
localizados en la periferia, a la que por obvias razones hay
que situar sino en el centro si por lo menos muy cerca de
él. Sólo narrándonos en lo local el
contexto real y no el imaginado puede recuperarse esa
noción de lo personal, de lo simultáneo, de
lo genuino, la voz y la letra de nuestro entorno. De tal forma
que el grito de batalla debe darse desde la comunicación,
desde los hilos dialógicos de los medios, desde los
imaginarios sociales. De lo contrario, la memoria seguirá
borrándose como ha sucedido hasta ahora y a cambio
de ella nos impondrán prótesis para lo que queda
de pensamiento y facultad cognitiva.
Esto
no quiere decir que nos "encapsulemos" en una concha
o coraza lejos de la confrontación necesaria para la
elaboración de un ser humano reflexivo y crítico,
de la comprobación con los otros y con el mundo, lo
expuesto propone que las distintas "comunidades Interpretativas"
reconstruyan su memoria, sus saberes populares, sus costumbres
instalando en el centro mismo de los medios sus discursos
que, hasta ahora, subyacen en las sombras del poder y de lo
hegemónico. Mediante este mecanismo, aparato que además
permitirá asumirnos no como un todo coherente y análogo,
sino como una amalgama de superposiciones, será posible
asumir nuestra realidad local y continental.
Una
experiencia para contar
A finales de 1998 la Alcaldía de Neiva (Colombia),
a través de la Dirección de Cultura municipal,
creó el Periódico Neiva, primer órgano
de comunicación comunitaria del sur del país
y del cual yo era director editorial.
Si
bien es cierto que era un periódico del sector oficial
y que su Rector General era el alcalde de Neiva, Jorge Lorenzo
Escandón; también es cierto que el medio gozaba
de absoluta independencia, tanto que en más de una
ocasión se cuestionó a la administración
municipal sin que esto hubiese generado un acto de represión
o coacción política y periodística.
Lo
interesante del Periódico Neiva consistía en
que era un medio diseñado, diagramado, revisado y construido
por habitantes de las 10 comunas de la ciudad, comunas que
guardan entre sí una gran diferencia por abrigar universos
totalmente antagónicos y por tratarse de jurisdicciones
con naturalezas rurales o, en el caso de otras, por estar
diseñadas para los estratos más altos de la
ciudad.
El
comité editorial estaba integrado por 4 o 5 personas
por comuna previo a esto se visitó las distintas
juntas de acción comunal para ofrecer el espacio y
que ellos por votación o por consideraciones de tipo
académico, intelectual, de disposición y tiempo
escogieran a los individuos que pudieran y quisieran acompañar
el proceso.
Cada
martes el comité editorial se reunía, por espacio
de dos horas, y presentaban o socializaban sus textos en los
que narraban las historias de su barrio, sus falencias, sus
atributos, sus problemas de carácter social, las necesidades
en el orden de lo público, los requerimientos en espacio
o zonas de recreación, sus personajes centrales o,
si el caso lo ameritaba, artículos de opinión
que narraran su propia sicología y la de la comunidad.
Además, se desarrollaban talleres de redacción,
de fotografía y televisión para que ellos tuvieran
un acceso más fácil a los medios y a sus estrategias
discursivas y tecnológicas.
El
periódico llegó al número 22 con una
periodicidad bimensual o trimestral. Pero lo más importante
del proceso no es el hecho único de haber puesto al
descubierto las venas y las raíces de sus 10 comunas,
sino el hecho mismo de ver una transformación en los
30 integrantes que conformaban el periódico. A partir
de ese proceso estos establecieron un compromiso con su sector,
unas búsquedas de carácter colectivo, un esmero
porque su localidad se descubriera, se contara y se visualizara
en el espacio a veces intangible de la municipalidad. Muchos
de ellos no sólo descubrieron su gran potencial artístico
había quien hacía caricatura, crónica,
entrevistas sino que rediseñaron, a partir de
la experiencia, su proyecto de vida; algunos eran originarios
de comunidades que presentan altos índices de violencia
(Comunas 6, 8, 9 y 10) y otros estaban por el camino "desesperante"
del ocio, las pandillas o el vicio.
La
dinámica periodística del medio apuntaba necesariamente
a las comunas y barrios del municipio. Sin embargo, se quería
generar una noción de "minga" o trabajo en
equipo, comprometiendo a sus integrantes con él y a
la ciudad con un canal que pretendía narrarla desde
las zonas subalternas o marginales y desde actores que no
poseían ningún grado de "profesionalismo"
periodístico, pero que fueron llenándose de
experiencias urbanas y rurales que los fortalecía como
voceros y representantes de su sector.
En
esta búsqueda de reconstrucción de las memorias
comunitarias se descubrió un firmamento subterráneo
y escondido. Un firmamento que necesitaba salir de ciertas
capaz oscuras y mostrar otros contextos distintos a la realidad
política, VIOLENTA, social, farandulera que muestran
y siguen mostrando los medios de información comercial
del país, los cuales persisten en la imposición
de un mercado que acultura y que niega las otras realidades.
De
tal manera que en la apertura de esa otra vía, la alternativa
y comunitaria, se descubrieron valores intrínsecos
de la ciudad, valores sociales que siempre han existido pero
que no tienen relevancia para las clases dirigentes (hegemónicas)
y para los canales de carácter privado a su servicio.
Desde ese proceso se marcó una resistencia que permitió,
a través de crónicas y reportajes, la salida
a la luz pública de raperos y artistas que pese a utilizar
un género musical extranjero, propio de barrios neoyorquinos
como Queens o Broklin, utilizaban letras del repertorio regional
y las recreaban o "actualizaban" en una corriente
tan contemporánea como el Rap y el Hip hop. A su vez,
se hizo evidente el periódico pretendió
abarcar otros canales de entendimiento y diálogo
como la radio "Pirata o Libre" (sin las licencias
otorgadas por el Ministerio de Comunicaciones del País)
o la radio por alto parlantes, experiencia que tuvo su mayor
alcance en barrios de Neiva como Alfonso López, Galindo
o en corregimientos como Fortalecillas (ubicado a 20 minutos
de Neiva), en donde el cura del pueblo nos prestaba el salón
parroquial y las cornetas de la iglesia, sin olvidar también
la acción en colegios de la ciudad como el INEM (Instituto
Nacional de Educación Media), el Nacional Santa Librada
o el IPC.
Básicamente
lo que buscábamos con este proceso[1]
era narrar la ciudad desde sus espacios marginales y descubrir,
a partir del ejercicio, a muchos personajes de suma valía
para el proceso histórico de la ciudad, de la localidad
y de la comuna. Así descubrimos a una mujer que siempre
vistió de militar su hijo había muerto
en el ejército y que cuidaba gratuitamente a
los animales del parque Santander, parque central de Neiva
fundado en 1910 para conmemorar los cien años del grito
de independencia, lo que constataba sus relaciones en base
de la cualidad y su afectividad no sólo para el parque
sino para la ciudad. Era sin lugar a dudas un personaje "subalterno".
Alguna vez el ejército la condecoró y eso para
ella fue la gloria que nunca logró su hijo en vida.
Esta mujer se llamaba Sildana.
Por
otra parte, se narró la vida y experiencia de un hombre
como Luis Alfredo Ramírez, un individuo que, con sus
propias manos, había construido un transistor y cuya
emisora "pirata", Panorama Stéreo, se encontraba
en uno de los primeros barrios de invasión de la ciudad:
Panorama. La emisora consistía inicialmente sus
transmisiones habían sido por cornetas en una
pequeña grabadora, unos cassetes, un largo palo que
sostenía la antena y una diminuta potencia que apenas
abarcaba diez o quince cuadras a la redonda. [2]
Posteriormente fue diseñada para ser escuchada en casi
toda la ciudad, lo que generó serios inconvenientes
con la fuerza pública, pues la emisora no tenía
ninguna autorización para emitir programas radiales.
A través de este medio creció Panorama, se "descubrió",
se narró y siguió de cerca procesos como la
pavimentación de sus calles, la instalación
de los servicios públicos y el posterior reconocimiento
como barrio "legal" del municipio.
Y
así otra serie de experiencias y dinámicas sociales
de las que no es posible dar cuenta acá, pero que igualmente
generaron cambios para su sector. Lamentablemente, como muchas
otras, permanecieron escondidas o avasalladas por las prácticas
hegemónicas de los medios o por ciertos actores sociales
de la capital del departamento.
Post Scriptum
Esta experiencia demuestra la emergencia de medios para la
gente, la relevancia de canales alternativos y comunitarios
para los espacios urbanos marginales, espacios que curiosamente
se construyen con un alto matiz de colectividad y camaradería
algo que no se ve ni se vive en barrios de estrato 4,
5 o 6, pues sus necesidades apremiantes consolidan una
unidad de fuerza y lucha, ejemplo que debería seguir
el territorio nacional en general. En estos barrios "populares",
donde se escucha la ranchera y el vallenato, hay un mayor
grado de identificación y búsqueda zonal, cultural
y pública. Es allí donde más se acentúa
la resistencia o la presencia de saberes populares. Es allí
donde se trazan asuntos comunes como la elaboración
del año viejo, la celebración de la minga o
bazar, la preparación de la "lechona" para
las festividades sampedrinas, la decoración navideña
de la calle o de la cuadra para los concursos que organizan
las emisoras (el premio consiste en una orquesta para la noche
de año nuevo con aguardiente Doble Anís
incluido), el partido de fútbol entre barrios,
la elección de su representante para el reinado popular
del sanjuanero, reinado que demuestra la hibridez entre las
costumbres populares de la región y la "aparente
necesidad" de aproximar las festividades al Carnaval
de Barranquilla o al de Río de Janeiro.
Los
medios comunitarios y alternativos (periódicos murales,
carteleras, cines comunales otra experiencia vivida
y ejecutada en el Corregimiento El Caguán, a quince
minutos de Neiva, locución por alto parlantes,
emisoras piratas, etc.) se constituyen en una herramienta
básica en la difusión y socialización
de un espacio contrahegemónico; el lugar central en
donde el sujeto colectivo dé su grito de batalla contra
el discurso homogeneizante(aquí se trazan y convergen
los proyectos intelectuales de hombres y mujeres como Mariátegui,
Retamar, Palermo, Lienhard, Cornejo Polar, Rodolfo Kush, entre
otros.)
Pienso
que esta experiencia de tres años y medio demuestra
la vital e inaplazable función de que las comunidades
posean sus propios canales de diálogo y entendimiento,
una experiencia que garantiza un acercamiento fundamental
a los procesos históricos de cualquier país
y cualquier localidad. Sólo a través de estos
canales de diálogo palabra tan desgastada en
Colombia se garantiza la "presencia" en el
país de "los otros", la consecuente revolución
y su motor de cambio social, la agenda firmada por un sujeto
social que necesariamente se abrirá camino entre los
senderos bifurcados del neoliberalismo, el modelo posdesarrollista
y la "reducción del estadopaís".
Tareas por
proponer
- Crear
emisoras de interés público en todas las Universidades
públicas.
- Ampliar
los niveles de licitación para emisoras de carácter
comunitario y alternativo.
- Permitir
la radiodifusión libre, sin desconocer reglas programáticas
y de diseño.
- Ampliar
el radio de acción para los canales de televisión
local y regional.
- Establecer
un sistema de valores simultáneo en los canales de
comunicación e información alternativos, cívicos
y populares a nivel local, regional y nacional.
- Facilitar
la creación de periódicos Comunitarios en
pequeñas localidades y zonas periféricas de
las grandes urbes.
- Instalar
y promover la cultura del radioparlante en zonas marginales
y relegadas.
- Promover
cursos y talleres de redacción, locución para
radio y televisión, periodismo y comunicación
en las comunidades latinoamericanas.
- Publicación
permanente de Memorias y experiencias.
NOTAS:
1.
Una vez electo el nuevo alcalde de la ciudad, Héctor
Javier Osorio Botello, el periódico llegó
a su fin; el mandatario de turno no encontró
fundamento y relevancia al proceso. Pese a esto, muchas
experiencias continuaron por si solas, uno de nuestros
propósitos.
2.
La emisora continúa funcionando en el mismo sector
y con un radio de acción superior al inicial.
De hecho, Luis Alfredo ha diseñado transistores
para otras emisoras de carácter y naturaleza
"Pirata".
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