I
Más
aun. Pensemos
en la reproducción mecánica. Casi una montaña
rusa. Casi
una noria. Un ensayo de
poética
circular. Una cascada como
una piedra, un bloque, un cuento
de nunca acabar.
IV
Transparencias.
Fugas. Esmalte. Brillos. La superficie agotada, estallada.
Toda latitud habitada. Toda pasión
(Violette,
no huyas). El sobresalto del gato: a cada rechinar de
la madera, la montaña pare un ratón.
VI
La
nave sin timón y el pez sin espada. Algo se mueve bajo
los pies, que algunos llaman Duda. Como si la tierra se encaminara
a algún lado. Reacción de inercia. Oxímoron,
o más: paradoja. Ooooooops. Sentada en la cresta de
la ola, una pluma en el sombrero del huracán. Asociación
¿libre? Te diré. ¿Quién eres?
Lo que seas lo serás por un error de cálculo.
No necesariamente una equivocación sino, más
bien, lo que se dice un margen.
XII
Un
irse como quien cierra la puerta para dormir la siesta (piyama
y orinal). Algo como un ritual privado, intrascendente. Una
caja china o una babushka. Cerrar la puerta de un cuarto de
una casa vacía, en un edificio vacío, en la
desierta capital de un país abandonado. Imperfección
lograda diferencia.
XIV
No
abraza, no acaricia, no muerde, no mira. Apenas muy, muy de
vez en cuando, se le retuercen las tripas. Rememora. Extraña
¡oh! echa de menos
el poder el país de la sugestión.
XV
The
Draughtsmans's Contract
Un
andar apresurado, torpe, confundido, feliz, desorientado.
Un pisar firme, seguro, alegre, decidido. Un darse de narices
contra el cielo.
XXIII
Ciudades
como mapas de ciudades, ángeles como pegasos, una iglesia,
una veleta, y a un costado el laudista, como un mar enamorado
de su nave.
XXVI
Hay
un lugar, me temo, donde ella descansa. Ni un cuarto ni un
vergel. Apenas un tiempo donde el tiempo pasa, una invisibilidad
donde nadie mira ni ella. O una perceptibilidad sin concesión.
Plenitud. Lo mínimo in/com/partible "como esas
miguitas que se encuentran en el fondo del bolsillo
",
esas grandes tareas que quedarán en la nada, una lista
de nombres, un color, esa especial densidad que a veces cobra
el silencio.
Aun
así, algo, fuera, suena a castigo.
XXXI
Cansancio
de recién llegado. Una demora transparente, pertinaz,
domesticada por la familiaridad, la convivencia, el día-a
día. Hasta que la incertidumbre se vuelve una segunda
piel ¿o una máscara? Ese bajo continuo,
tan grave que apenas se oye. Pero está. Una suerte
de armónico o pilar o perspectiva. Trompe l'oeil.
En
el fondo del bosque, espera siempre siempre una bruja
y una casa de mazapán.
XXXV
Como
por arte de magia
Pero sin razón. Como por arte
de magia pero sin razón hallo y no encuentro y velo
y persigo sin buscar. Tampoco hallas. Digo: alucino, ilusiono,
creo, desparezco o hago desaparecer. Rechazas. Todo cuanto
es condescendiente distancia, cuanto vivo a modo de exquisito
rechazar. Paranoia
Aun así
Tengo enemigos.
¿Crees? No. Siento, aun cuanto no entiendo y lo que
ignoro. Que es
Un mar donde me ahogo. ¿Y resurges?
Como el Fénix. Entonces ¿qué temer? Que
el sabor de la ceniza opaque cada vida como el temor del sueño
ha enrojecido cada uno de tus ojos.
XXXVII
Recuerdos vagos de esos poemas de Takahashi que empiezan
todos "Esta mañana, Su Majestad la Reina..."
y con el mismo tono impasible, casi de cuento de hadas, con
una ceremoniosidad digna, contenida, pasan a referir el espectáculo
de la más desmedida corrupción.
No es la anécdota. Es ese oxímoron entre forma
y contenido lo que hace de esos poemas un hecho necesario,
útil, social: el poema como mito en el sentido de
síntesis y aglomeración de sentido, como atajo
para pensar y sentir en todo su estridor un fragmento, la
intersección de dos ejes cualesquiera de una realidad
que, de otro modo, se diluiría en los detalles de su
propia indecencia.
XLVI
"The
friend of the wolf is the lazy shepherd"
Llywarch Hen, The Red Book of
Hergest
(¡No
le dijeron nada! musitado esto [sotto voce])
Todo en silencio, en secreto, en comidilla o conspiración.
Secreciones. De buey, de asno, de búho o huracanado
horizonte en lontananza. Rojo como el mar. El cielo. Como
cazar un rayo o atrapar un rayo de sol en una red. Dánae
de oro o fuego o gestación de
iniquidades
pequeñeces
destinos
trocados como cartas
[u n a n o c h e u n v
i a j e r o]
en un castillo.
Ojival. (¿Otra vez?)
Te dije. Te lo dije. No dirían nada. Nunca.
Jamás
confesarían
haber caído
presa
de
tanta devoción
tanta
pereza
|