Alfredo
Gangotena (1904-1944) ocupa un lugar particularísimo
y aún casi secreto en la gran poesía francesa de la
primera mitad del siglo XX. Entre los poetas que la América
española, como diría Rubén Darío, le
dio a Francia los montevideanos Lautréamont, Laforgue,
Supervielle son los otros este ecuatoriano sigue siendo el
menos conocido. Poeta místico y vanguardista, al que su catolicismo
lo alejó de cualquier comunión posible con la vanguardia
surrealista pero lo acercó íntimamente al inclasificable
Max Jacob o al tan mundano como lleno de talentos Jean Cocteau.
Alfredo
Gangotena llegó a París a los dieciséis años
y muy pronto hizo suya la lengua de su segunda patria. En realidad
sus años parisinos fueron muy pocos en una vida breve marcada
tanto por el genio poético como por la enfermedad incurable
que padecía desde niño, la hemofilia: ya a los veintitrés
años estaba de regreso en Ecuador, país que no volvió
a abandonar hasta su muerte en 1944.
Los poemas aquí seleccionados pertenecen al libro Absence,
publicado en Quito en 1932, a cuenta de autor. Max Jacob le escribió
a Gangotena a propósito de Absence: "una
época trágica requiere una poesía trágica,
una desgarradora época de poetas desgarrados".
Más
detalles sobre el autor y su obra en:
Mi
antología bilingüe
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