Sumario 19

 

Sergio
Pravaz

 

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Selección
de poemas
de su libro

Los héroes de la esquina

 

CUANDO EL SOL PARTIÓ

 

Tuve un terremoto
entre mis manos

respiraba por mis dedos

su densidad era notable
tal vez porque era de mi talla
o de mi gusto

Lo cierto es que tuve
un terremoto entre mis manos ...

lo encerré dentro de mis puños
y disfruté como sólo lo hace
el tigre en su edad

Un día
lo dejé partir

 

 

UN TAJO A LA RAÍZ

 

Muchos puños se levantan
hasta el estómago del cielo

algo deben pedir ...
por el gesto
            por la voz
                      por su dureza

Un puñado de golfos
los golpea por detrás

los corta al ras
             secamente
y sin pudor

bien parejo y bien abajo
como queriendo matar

 

 

EL VUELO DEL JARDÍN

 

El camión antidisturbios
es inmenso para el jardín
recién plantado

Las bestias se sacuden
un orgasmo embrionario
y arremeten ...

Los jilgueros se desbandan
pero sus voces aún caminan
en la plaza rota

 

 

UN AGITADOR EN LA CORNISA

 

Se despertaron temibles
                              las estrellas
cuando supieron de la muerte del maíz

Aborrecieron por años
a los espectros y juraron
no brillar en los trayectos
                      de la masturbanda

¿Aún el amor es posible
entre la niebla y la muerte...?

 

LA MASTURBANDA

 

El arco iris sangra sobre
una avenida que exhibe sus miserias

Sus maderos inventados
gritan una piel que se oculta
en el vacío

La masturbanda circula
contaminando a los perseguidos

a los sufrientes de una ciudad sable
que agoniza
          que no huele a playa
                             ni a sierra
y que estalla por su carne

 

 

PIES DESCALZOS

 

Sudé al paso de
                   botas rabiosas
sin comprender demasiado

Con frecuencia escapé
de la bajeza y sus rasgos
                    de indulgencia

A veces
mis zapatillas
me condujeron a ninguna rebelión

observé
y supe que bien poco podía

aún así
siempre me gustó bailar
con los fugitivos del fraude

La liturgia
de los imprudentes
me visitó en ocasiones
                  hasta caer a los
pies descalzos de la
                  poesía

Recorrí
la lejanía del naufragio
y el sonido en la caverna

los deseos de subir
                  al techo
a mirar los ojos de la estrella

Desde entonces
no temo
          la agitación
          de los mediocres

 

 

ACUARELA CON MIMBRES

 

Un puñado de viento en el alma
para extraviar el peso del olvido

un río de luz en el cuerpo
para no beber el agua del silencio

una noche de sexo bravo
para ofender al perdonador pecaminoso

un pañuelo sucio de amor
para los cancerberos del azote

una voz limpia de odio
para tanta eucaristía manoseada

una acuarela con mimbres
para suponer un final sin temores

un canto tribal en la mente
para comenzar a tejer nuestro aliento

junto a tu ciencia y la noche
tus temblores y los míos
todos hoy

 

 

EL FAUNO ENCANTADO

 

Amor por las letras
por las sierras por el mar

lo siento fuerte
aquí...
          entre las piernas
de una armónica que vuela

entre libros
que giran como cilindros de un mensaje
que no cesa

Por los viajes que
perturban la dormilera del corazón
y nos ponen en el mundo

Amor por las armas
de un castigo que no llega
y no abre un sendero
                              para todos

Por tu cintura de libar
en mis noches de prisión

Un amor para la calle
y mi viejo recuerdo de utopías

otro para el bosque
y sus habitantes manifiestos

yo hablo de una luz...
                              de tierra fecundada
                              una visión
                              un río de carquejas

Yo ofrezco pañuelos
                              a su paso...
yo cubro la desnudez de su alba
con mi nombre

 

 

 

JUNCOS APAGADOS

 

Alrededor del fuego
reunidos allí
            junto a las guitarras
que suenan lentas como juncos apagados
estamos nosotros

Entre amigos
dispuestos a arrojar
                   las primeras lágrimas
arropadas por el vino y por la historia

Por los que hoy amasan sus montañas
                                            sin apuro
entre las nubes
o entre la niebla
como versos de un amor plural
                             sin nombre

 

 

UN FISGÓN EN LA TRASTIENDA

 

Cuando cierro mis ojos
tu vuelo se acerca y me convida

ya sabe lo que soy
o lo que queda de mi
después de tanta fiesta
                  ensangrentada

de tanto pasillo silencioso
sólo roto por el berrido
tribal de mis dolores

Igual
tu vuelo me conduce
a otra forma de batalla
           más cerca de la espuma
de mis golpes vírgenes de rostros

sobre un paraíso que detenga el tiempo
en un solo acto y filtre el aire
o la luz
           o la imagen de ese
           fisgón en la trastienda

Pero ya no importa
ha comenzado a relajar
el huracán de mis temores

tu vuelo me contiene
                      me abriga...

Ustedes podrán hallarme lejos
donde el hierro no alcance

 

© Sergio Pravaz

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