MI
CANTO
Tal
vez mi canto cándido se duerma
en las arenas y reverbere el verso
bajo la luz del día y se convierta
entonces en una letanía elemental,
pausada y que se escuche apenas.
O
tal vez este canto bucólico y sin brillo
se aleje silencioso por plácidas praderas
y busque con ahínco eternas sementeras
donde crezca su acento eglógico y sencillo.
Quizá
mi canto simple se interne en las ciudades
donde anda el hombre solo mezclado en multitudes
y ofrezca generoso sus pequeñas virtudes
con el afán supremo de ganar voluntades.
Si
alguna vez dejara su nota más sentida
en un aula de escuela fecunda de optimismo,
con vuelo esplendoroso de mágico lirismo,
quizá fuera mi canto como un himno a la vida.
Pudiera
ser que un día, sin rumbo definido,
se marche solitario, harto de indiferencias,
e incomprendido y solo, multiplicando ausencias,
se pierda en las profundas cavernas del olvido.