8
febrero 2002

 

Santiago
 
  Calleja
 
  Arrabal


Datos en el
índice de autores

La Sed
de las palabras

Poema
© Santiago Calleja Arrabal
eom
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8
febrero 2002

Santiago
 
  Calleja
 
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La Sed de las palabras

 

               Sí, es verdad que las palabras solas están en sed
               y mueren huérfanas de olvido...

 

Cada verso se parece a la ponzoña de un sueño:
el mismo que va haciendo posible
mentira y realidad que se confunden.
La osadía de querer perdurar nos alimenta,
nos deja la tiranía de un gesto,
todo a un tiempo, sin remedio.

Transparencias que se parecen al deseo,
(un anhelo quebradizo es la escritura),
intuición inefable y procelosa
a su vez de olvidos inefables.
Orgías de pensamientos y palabras
violentos de significados y de anhelos.
Horizontes sin duende,
aromas sin cadencia,
dunas de dolor es la poesía:
oficio de un porvenir inexplicable.

Y saberlo todo
no todo lo resuelve ni lo ampara...
Hay que gritar
que perdimos el rastro
ya que no hay camino
sin tormento que verter
en recipientes de palabras.

Los infiernos de la belleza
no son siempre musicales:
no rima la experiencia
con la razón poderosa del corazón.
La herida que no cesa de sangrar
un llanto de generaciones eternas.
Y todas las noches de los tiempos,
más allá todavía,
donde residen los momentos grises
y las larvas del sin sentido involuntario
urden telas de araña metafísicas:
Un hombre pronuncia una palabra sola.
Levedad sumisa sublime de horizontes.

El oficio de vivir enseña y mortifica
que doler no duele sobre los cuerpos.
Sobre las almas olas de duda,
duelos de llanto por encontrar
un horizonte lúcido y firme
por una selva de significados contrapuestos.
Porque tildar el silencio,
entonar cantos frente el espejo de la noche,
mirar con intuición precisa, con canto permanente,
no caben aquí, rebota en el silencio.
Ciencia que no encuentra su objetivo:
horizonte firme origen del silencio.

Sí, es verdad que las palabras solas
están en sed y mueren huérfanas de olvido...

 

© Santiago Calleja Arrabal

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