Llueve la noche sus perros
sigilosos
pasan por la falda de la mesa
pita un tren a lo lejos
sirena de viaje madera ventanilla
calor extraño el de los radiadores dorados del tren
algo
en los ojos
la noche fuera
una dulce taquillera
y amable en sus manos me tiene
yo
polo de fresa y la noche una dulce medusa
luces
pequeñas
nuevas y amarillas
gotas de futuro en el campo
negro silente do el viento
abraza a la locomotora
y roba lágrimas al regreso
el
tren es recto recto
pero asomado a la ventana
no lo parece
campo negro mate
brillan cigüeñas en los raíles